martes, 9 de enero de 2018

Aire...


-¡Vamos hasta arriba tenemos que poner el banderín!-
Grito AP. el amor platónico de mi amiga C. desde la falda de la empinada colina que tenia frente a ella y a la que con mucha dificultad habíamos logrado llegar, mi amiga me miro de soslayo al pasar por mi lado, yo a duras penas logre alcanzarlas, y me detuve para bajar de la bicicleta
-¡Uf! lo siento, creo que seguirán solas, yo hasta aquí llego, se me dificulta respirar, me siento agotada-
-No ¿como crees?, vamos todas juntas o no va ninguna-
Dijo AP, bajando de su bici para llegar hasta a mi, yo me tire en el pasto que había en la orilla del camino
-Lo siento... no puedo continuar, pero váyanse ustedes y dejen ese banderín tal y como quedamos-
Les dije, C. sin bajar de su bicicleta llego también a mi
-¿No te sientes bien verdad? si quieres paramos y regresamos a las cabañas-
Me dijo
-No... nada de eso vamos sigan ustedes, yo si me regreso, tengo que tomar una pastilla, no se rindan es obvio que me falta condición, hace tiempo que no me subía a una bicicleta, por favor siganle yo las espero en el restauran-
Sentencie mientras me trepaba de nuevo al artefacto para seguir mi curso hacia atrás, no deje que me dijeran nada mas, solo arranque convencida, ambas se miraron un rato y después de una breve alegata decidieron seguir hacia la meta, justamente al llegar ha la cabaña de aparcamiento donde rentan las bicicletas de montaña para los paseos me entro una llamada
-Hey... tengo mas de media hora marcándote, te dije que buscaras un lugar donde hubiera señal-
Me dijo a modo de saludo el que llamaba
-Bueno ya te estoy respondiendo, tranquilízate, ¿en cuanto tiempo mas estarás aquí?-
-Es que ya estoy aquí, llegue hace 20 minutos-
-¿En que parte estas?-
-Acá por donde esta la entrada hacia el arroyo ¿tu donde estas para acercarme-
-Me queda cerca de donde andas, ahí llego en Mm... creo que 5 minutos, no te desesperes-
-No, dime donde estas para acercarme-
-No, ya voy caminando, ahí te veo-
Le respondí impaciente, el ya no respondió por lo cual me di por enterada que estaba de acuerdo, llegue mas pronto de lo que pensé, en cuanto me vio se acerco a mi para saludarme, nos separamos y me dirigí a su auto, el me siguió
-¿Que pasa? ¿vamos a entrar no?-
-No... cambie de opinión... quiero irme de aquí, no me gusto tanto este ambiente, hay mucha gente, y se aglomeran, no puedes disfrutarlo como tal... mejor vamonos a acampar a las orillas del arroyo, vi desde arriba un lugar hermoso... ven-
Le dije y lo tome de la mano para que subiera a su auto. después de unos minutos de camino por esa solitaria brecha le pedí que se detuviera un poco, lo hizo y me baje-
-Mira, ve este sitio... justo a qui me gustaría construir una casa... siente el viento esta fresquisimo y rico... me encanta el lugar... acampemos a qui ¿si?-
Le sugerí emocionada y el sin dejar de sonreír acepto mi oferta caminando a mis espaldas, yo me senté a la orilla del rió, se veía enorme... el ambiente estaba realmente cómodo así que me recosté para admirar el cielo.
-Esta hermoso realmente tienes muy buen gusto, yo estaría de acuerdo en construir nuestra casa aquí mismo-
Me dijo mientras se sentaba a mi lado
-¿Nuestra casa?... ¿que me estas sugiriendo?-
Le pregunte sonriendo, el me miro y me dijo seriamente
-Si, construyamos una casa aquí, para que nuestro hijo corra y se sienta mas libre de lo que le permitiremos-
-¿Nuestro hijo? vaya que estas convencido... tienes razón... seria lindo verlo correr por aquí-
-Entonces no se diga mas, tengamos ese hijo-
Me dijo emocionado, pero lo detuve en seco
-Pues para que yo pueda tener un hijo a estas alturas necesitaría estar casada... así que ya que lo vamos a traer a este mundo pues hay que darle un buen hogar, casémonos-
Le propuse, el se quedo paralizado, su mirada se perdió entre la llanura y después de unos minutos por fin hablo
-¿Casarnos?... pero... es que... yo ... ¿estas segura? ¿no estas jugando conmigo verdad?-
Me cuestiono nervioso, yo me reí divertida y me voltie para darle la espalda pero seguí recostada
-No bromeo... y si quisiera que mi hijo tuviera un padre, así como tu, me gusta como eres, pero mientras ven... acércate y abrázame por favor... tengo frió... Paco ... ¿me abrazas?-
Le pedí y el sin dudarlo se acerco suavemente y se acostó a mi lado cubriéndome con su abrazo, el cual sentí delicioso... era reconfortante estar así.
El viento soplaba mientras unas gaviotas agitando sus blancas alas se elevaban hasta perderse en las altas copas de los pinos...

Continuara...

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