viernes, 22 de mayo de 2009

El extraño anciano...


Ahí estaba yo, a las 2 de la tarde bajo la sombra de la benjamina mas grande de la alameda, recordando inevitablemente a mi padre, no quería pensar en cosas tristes pero lo añoraba bastante, sacudí mi cabeza tratando de borrarme su imagen, ademas no había ido a eso, si no a encontrarme con alguien...
En días pasados cerca de ese parque la carretera estaba obstruida, los automovilistas giraban sin control a escasos metros de mi, los claxon se escuchaban al unisono y yo me estaba fastidiando del también fastidioso trafico, me preguntaba que era lo que pasaba, pero la respuesta la tuve cuando me acerque al lugar de los hechos, un viejo mustang azul mal estacionado estorbaba el paso, (¿donde estaban los oficiales de transito?) me orille cuando descubrí en el interior a un anciano mal encarado, la puerta derecha estaba abierta y con la mas minima calma acomodaba algo en el asiento contiguo, estaba a punto de llegar a el cuando lo vi bajarse y cerrar la puerta con molestia a la misma vez maldiciendo al enojadisimo trafico vehicular, se agacho pretendiendo levantar algo del asfalto me puse nerviosa porque un auto le paso casi rozando y el anciano ni se inmuto, lo tome del hombro para pedirle que subiera a la banqueta si no quería ser arrollado, por respuesta obtuve una regañada...
-¿Que pasa?, dejen de estar molestando, yo no les hago ningún daño, ya les dije que me quitare en cuanto termine de subir mis cuadros-
-tranquilo señor, solo quiero ayudarlo-
le respondí sin soltarlo
-¿y quien le esta pidiendo ayuda?, déjeme en paz-
me respondió altaneramente, pero no lo solté hasta que estuvo a salvo en la banqueta
-pero que terca es usted... -
me miro de pies a cabeza, sus ojos de repente parecían encendidos, me dio un poco de miedo
-a ver, yo le ayudo a subir sus cuadros, pero usted quédese quieto aquí ¿sale?-
-pero porque... es tan terca señorita, de ninguna manera voy a permitir que una dama levante cosas pesadas seré un viejo brujo pero eso no me quita lo caballero-
No le hice caso, yo al igual que los demás necesitaba llegar a mi destino, tenia una reunión y estaban esperándome, así que en lugar de preocuparme decidí ocuparme y mientras el anciano hablaba termine de subir los pesados cuadros a su auto, y como tenia las llaves puestas me tome la libertad de pedirle al policía que se había acercado a poner orden en la alegata que si podía mover el auto hacia la orilla, los demás agradecieron con ademanes, el anciano llego hasta a mi ayudándome a bajar de su auto...
-Gracias señorita, es usted muy amable, me recuerda a una de mis hijas, tan buena mi sofia, tan buena que los gusanos se la comieron gustosos jajaja-
Su comentario me dio escalofríos, lo observe un momento mientras el buscaba algo en su bolsillo, tomo mi mano y me lo entrego
-¿Que es...?-
-Su pago por ayudarme, y guárdelo bien, porque ese es el costo de su vida-
-Óigame... no... yo no lo hice por cobrar... ¿y como que esto cuesta mi vida?-
-Le ofrecería uno de mis cuadros, pero mejor sera otro día, voy a exponerlos en la alameda el próximo viernes, a las 5 de la tarde no falte le regalare el que le guste-
Me dijo ignorando mi pregunta, encendió su automóvil y se fue, y yo me quede entonces observando detenidamente el billete, es una serie que jamas he visto en mi vida, pero parece original, su denominación es muy alta pero extraña, como si fuera de un país que no existe... el sol me quemaba fuerte y la reunión me esperaba así que guarde el billete  y proseguí mi camino, pero... hoy vine buscar al anciano porque una sensación extraña, me rodea, no he podido conciliar el sueño, tengo pesadillas y siento como si alguien caminara tras de mi, (no estoy 100% loca) aunque aveces deliro, pero créanme que algo raro me sucede desde ese día...


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