martes, 7 de octubre de 2008

Mi estrella...



Hoy es ... ¿martes?, si, es martes, aunque no vale el día, recorrí toda la alameda central, caminando con el viento, sola, deseaba pasar desapercibida, las bancas de la aureola central me invitaron a sentarme, lo hice lentamente, subí mis pies cansados y entrelace mis manos sobre ellos para recostar mi cabeza, no quería llorar, solo paz, el cielo parecía nublado como siempre pasa en los días inesperados, un joven se detiene al verme sola, le dije con la mirada -por favor, sigue tu camino- me sonrió, y se alejo dejando flotar una melodía saliente de su Ipod, que bien me identificaba, el silencio volvió y entonces recordé...

-Por ser la mujer mas valiente que conozco, te mereces lo que pidas, así que pídemelo y te lo daré-
me dijo sentándose en el borde de la cama de hospital donde yo estaba, lo mire mas flaco que nunca, dejo las muletas que lo sostenían sobre el piso esperando mi respuesta
-no, quiero nada, y aunque quiera, tu no puedes dármelo-
-tratare de ponerlo en tus manos, tu solo pide, y levántate de esa cama que ya me desespero verte en ella, te la has pasado acostada mucho tiempo levántate ya-
-si hubieras hecho las cosas como debías, no hubiera pasado tanto tiempo en una cama, pero lamentablemente mi reacción es gracias a tu acción-
le reproche, las ojeras de sus ojos se humedecieron y tomo mi mano
-no te enojes mas conmigo, que ya pagare mis culpas, no vine a pelear, anda dime ¿que quieres?-
-lo que quiero es imposible, quiero una estrella viva, una de la que siempre pueda saber donde esta, una que no huya cuando mas la necesite, y que no pase tanto tiempo lejos sin saber de ella-
le dije, me miro de nuevo, tomo sus muletas y antes de salir me dijo
-¿una estrella?... que boberia-
mi madre lo miro enojada, y le pidió que se fuera
-ella no te necesita, y de sobra sabe que ni siquiera eres capaz de darle una boberia como tu dices-
el siguió caminando sin detenerse a escucharla, así era, indiferente y cruel con su familia.

Días después un martes para ser exactos, llamo a la casa pidiendo verme, mi madre le dijo que no estaba, pero alcance a escuchar que le decía que estaría a las 7 en el parque de la colonia, que me dijera que fuera, mi madre le colgó y volteo a mirarme ordenándome que no fuera, le desobedecí

-ven-
me dijo el cuando me vio llegar
-aquí estoy, que desea-
le dije sin moverme, me ignoro como ya era su costumbre, me tomo del brazo acercandome hasta lo mas oscuro del lugar
-¿que miras dímelo?-
-la luna-
-ahora mira a tu derecha y dime lo que vez-
-estrellas, es de noche, se ve la luna y las estrellas ¿que tiene de raro?-
-fija tus ojos solo en una, la que mas te guste-
-pero todas son iguales-
le dije fastidiada
-bueno, ¿vez esa que esta a un lado de la luna?-
-si... ¿siempre aparece ahí, se llama siria lo vi en una clase en escuela-
-¿te gusta?...-
-¿la estrella?... si, es una de las mas grandes-
-pues es tuya... te la regalo, ahí tienes la estrella que querías, nadie te la podrá robar-
me dijo emocionado, pero yo lo tome a burla
-¿una estrella? ¿me estas regalando una estrella?... vaya boberia-
le dije dándome la vuelta para alejarme de ahí, no lo busque mas ni el tampoco a mi. 

Hoy es ... martes, como aquel día, y estoy sola bajo los arboles, del mismo parque donde aquella vez mi padre quizo darme una estrella, la estrella no esta ahorita, así como el, no se ve por la claridad, no se si siga viva, pero yo morí quizá desde esa noche...
una mariposa me rodea, se posa en mi rodilla y de nuevo vuela, los pájaros cantan fuerte, y mas al fondo, casi cercas de mis solo escucho el eco de la canción que un joven paseante lleva puesta en sus pequeñas bocinas;

Por que ya no estoy aquí, morí;
morí, el día en que te fuiste así de mi, no estoy...
camino por las calles sin pensar,
oigo sin escuchar, abrazo sin sentir,
soy el único muerto que puede caminar,
Por que ya no estoy aquí, morí...


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