jueves, 19 de junio de 2008

Cariño entrañal...

La tormenta de nieve habia pasado y los tres se aguardaban sobre una plataforma de hielo en lo alto del risco de una montaña, el frio les calaba los huesos, y parecia que no sobrevivirian, la expedicion de donde partieron constaba de 12 elementos, 9 de sus compañeros habian desaparecido misteriosamente entre la pasada tormenta, solo quedaban 3, un joven de 27 años, su mujer tambien joven de 25 años, y una mujer mayor de 58 años, madre de el.
el risco se desgajaba repentinamente los 3 desconocian la causa, y solo lograron aguarecerse lo mas juntos que podian para mitigar el frio, de repente la anciana se dio cuenta que el pedazo de hielo donde estaban empezaba a partirse, angustiado su hijo la abrazo con fuerza, mientras que a su brazo se aferraba su mujer tambien llena de angustia, el peso de los 3 era demasiado para un pequeño pedazo de hielo, tras ellos se encontraba una cornisa de granito, en donde solo cabrian cuando mucho dos personas, asustados buscaban con la mirada otra guarida donde justo cupieran los 3, pero lamentablemente no habia nada mas a su alrededor que la diminuta cornisa y la plataforma de hielo que ya empezaba a desmoronarse, tenian que buscar una solucion para tan dificil situacion, el tiempo corria y cada vez la angustia se apoderaba de ellos, la joven mujer lloraba mientras la anciana buscaba consolarla, el hombre intentaba aferrar una cuerda sobre una rama que salia de la pared rocosa, al intentar colgarse la rama seca cayo al vacio, la joven grito espantada y con nerviosismo se acerco hasta el mientras le decia
-mi amor, vayamos a la cornisa antes de que esto se desmorone-
-eso es imposible alli solo caben dos, somos 3 no se te olvide-
-el piso soportara el peso de tu madre, mientras tu y yo vamos a la cornisa-
-no puedo dejar aqui a mi madre-
le dijo el hombre molesto
-entonces, quedemos tu y yo aqui y muramos juntos-
el hombre la miro un momento, sin encontrar que decir, mientras la anciana aun entumecida caminaba a sus espaldas alejandose un poco de ellos
-hijo mio-
lo llamo, al tiempo que le tiraba un beso en el aire
-salvate tu-
le decia mientras se arrojaba al vacio...

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